¿Alguna vez has sentido las ganas de escapar del bullicio y perderte en un rincón sereno y casi desconocido del Perú? Bueno, amigo, yo también. Y ahí fue cuando me encontré con Aplao, un pequeño paraíso escondido en el Valle de Majes. Aplao, con su ritmo pausado y encanto auténtico, es uno de esos lugares que te invita a olvidarte del reloj y a sumergirte en una experiencia que no encuentras en las guías turísticas.
Una bienvenida inesperada
Llegué a Aplao después de un largo viaje en bus desde Arequipa, y lo primero que me llamó la atención fue la calidez de su gente. ¿Te ha pasado alguna vez que te hacen sentir como de la familia desde el primer momento? Pues aquí, es la norma. Me recibió Doña Sofía, dueña de una pequeña tienda de abarrotes cerca de la plaza principal, con un apretón de manos que casi me desarma.
—¡Bienvenido, mijito! —me dijo con una sonrisa que se dibujaba de oreja a oreja—. ¿Desde tan lejos vienes?
Esto, querido lector, no es algo que te pase en ciudades grandes. En Aplao, la hospitalidad es parte del ADN local, lo cual hace que uno se sienta como en casa, incluso a kilómetros de distancia.
El Valle de Majes y sus Viñas
Hablemos del Valle de Majes, ese sitio impresionante que parece pintado a mano. Las viñas de la región son un espectáculo visual, pero, ¿sabes qué es lo mejor? El vino y el pisco, claro. Tuve la oportunidad de visitar una de las bodegas locales, y lo que descubrí fue inolvidable.
La bodega era un pequeño negocio familiar donde se respira historia. Don Ernesto, el enólogo de la familia, me llevó a una visita guiada, mostrándome el proceso artesanal de la elaboración del pisco. Sentí el aroma afrutado y fuerte del mosto fermentando en las tinas y, créeme, no hay nada parecido. Y si eres de esos que disfrutan de una buena copa, su pisco quebranta es un verdadero elixir, digno de los dioses.
Gastronomía que sorprende
No puedes visitar Aplao sin darte un buen festín. La cocina aquí tiene ese toque casero y delicioso que solo encuentras en las cocinas de la abuela. Me aventuré a probar el chupe de camarones, un plato que me hizo sentir en el mismo cielo. La sazón, los ingredientes frescos y el cariño que ponen en cada receta se palpan en cada bocado.
Ahora, si tienes espíritu aventurero, te recomiendo probar el ocopa con cuy. Tal vez pienses, «¿cuy?», pero créeme, el cuy preparado en Aplao es una experiencia culinaria que no olvidarás. Además, los colores y los aromas de las hierbas locales como la huacatay te transportan a un mundo de sensaciones que vale la pena experimentar.
Explorando la naturaleza
Pero no todo es comida y bebida, claro. La naturaleza alrededor de Aplao es de esas que te deja sin aliento. Me levanté temprano una mañana y decidí hacer una caminata por los cerros cercanos. El silencio, solo roto por el canto de algunos pájaros, y la vista panorámica del valle, me hicieron sentir parte de algo más grande.
Encontré un sendero que no estaba marcado en ningún mapa, gracias a las indicaciones de un lugareño. Aquí la gente sabe de lo que habla, y los senderos que parecen insignificantes a primera vista resultan ser rutas llenas de historias y secretos. Pasé por pequeñas cascadas y arroyos, y la experiencia fue casi meditativa.
Rituales y Tradiciones
Dentro de los muchos encantos de Aplao, uno que me tocó profundamente fueron sus festividades. Tienen una tradición única llamada “La Cruz de Mayo”, que mezcla rituales prehispánicos con costumbres católicas. Tuve la fortuna de coincidir con esta celebración y pude ser parte de ese fascinante crisol cultural.
Imagínate, al caer la noche, la gente del pueblo se reúne para subir al cerro más cercano. Entre rezos, música y mucha algarabía, se lleva una cruz adornada hasta la cima para bendecir los campos. El olor del incienso, el sonido del charango, y la energía vibrante de la comunidad me dejaron una sensación de pertenencia difícil de describir.
Reflexión final ¿Vale la pena?
Ahora, te estarás preguntando, “¿Vale la pena tomar ese desvío hasta Aplao?” Pues, amigo, claro que sí. Este lugar no te promete las comodidades de un resort de lujo ni la oferta cultural de una metrópolis, pero lo que sí te brinda es una conexión genuina con la gente, la tierra y contigo mismo.
Cada rincón tiene una historia, cada persona tiene una sonrisa, y cada plato tiene un sabor que te rasca el alma. Me fui de Aplao sintiendo que había encontrado un pequeño tesoro, un rincón de paz y autenticidad que muchos de nosotros estamos buscando sin siquiera saberlo.
Curiosidades y Datos Útiles
Ahora que estás planeando tu próxima aventura, aquí te dejo algunas preguntas frecuentes que podrías tener sobre Aplao:
¿Cómo llego a Aplao desde Arequipa?
Puedes tomar un bus desde la terminal terrestre de Arequipa. El viaje dura aproximadamente cinco horas, así que te recomiendo llevar un buen libro o disfrutar del paisaje.
¿Es seguro viajar solo a Aplao?
Absolutamente. Aplao es un lugar tranquilo y seguro. La gente es amable y siempre está dispuesta a ayudarte. Solo sigue los consejos básicos de seguridad que aplicarías en cualquier viaje.
¿Hay alojamiento disponible en Aplao?
Sí, aunque las opciones no son lujosas. Los hospedajes son sencillos pero cómodos. Lo mejor es reservar con antelación, especialmente si vas en temporada alta.
Y con esto, espero haberte engatusado a explorar esos encantos secretos que hacen de Aplao un destino tan especial. ¿Te animas a descubrirlo por ti mismo? No te arrepentirás.