La Navidad en Abancay es un elixir de tradiciones, sabores y un frenesí de momentos que pocos anticipan.

¿Alguna vez has probado un lechón más tierno bajo un cielo plagado de estrellas? Bueno, la Navidad en Abancay es ese banquete que sacude todos tus sentidos, desde el primer aroma hasta el último sorbo de vino aymara. Aquí, las fiestas no son solo eventos, son experiencias.

La cena navideña: mucho más que comida

El 24 de diciembre, justo cuando el sol desaparece detrás de los Andes, las familias abanquinas se reúnen para compartir una cena que es la definición misma de amor y esmero. Pavo no es común; lo que brilla aquí es el chancho al horno, preparado con un adobo que lleva siglos de secretos familiares.

El brindis con calientito

Si hay algo que define a Abancay es su capacidad para transformar lo cotidiano en excepcional. Nada es más emblemático que el calientito, una bebida preparada con aguardiente de caña, frutas y especias locales. Este mix, si se le pudiera poner una etiqueta, sería el calor del hogar embotellado. ¿Quién necesita champagne cuando tienes calientito?

Las Misas del Gallo: Fe entre montañas

El desfile de devotos hacia las iglesias es algo que ver. Temprano en la noche, las campanas repican anunciando las Misas del Gallo. Si alguna vez has dudado del poder de la fe, una misa aquí puede que te haga cuestionar más de una certeza.

El ambiente se impregna de un aire solemne que, curiosamente, te llena de vida.

Entre villancicos y arte colonial

Y como si fuera un pacto no escrito, después de la misa, la gente se queda alrededor de las iglesias tocando villancicos. Pero no te esperes versiones pop; aquí los cantos llegan a ser corales con matices ancestrales, y ese sonido… te atraviesa.

Pequeños rituales que te sacuden

Quizás lo más intrigante sean los pequeños rituales que se suman a la gran fiesta. Desde dejar un plato servido para los difuntos hasta los juegos pirotécnicos que toman el cielo de color cuando la medianoche se asoma.

El Poder de la Ollanta

A eso de las seis de la tarde, es común ver a grupos de jóvenes recogiendo leña para la fogata de Ola Ollanta, una tradición que tiene más años de los que cualquier registro puede datar. Quemar leña mientras se deja volar globos de papel iluminados es un simbólico acto de agradecimiento y deseo para el año entrante.

Los Juegos y la artesanía: Arte en cada esquina

Otra joya de la Navidad abanquina es la feria artesanal. Todo un evento de comercio y al mismo tiempo una exposición de arte local. La competencia por el mejor «Retablo de Navidad» se siente en el aire, y vaya que hay retablos que te hacen meditar sobre cómo hemos evolucionado como humanidad.

La destreza de las manos artesanas suele dejarte con la boca abierta y, por qué no decirlo, el bolsillo más ligero.

  • ✔️ Retablos impresionantes
  • ✔️ Textiles llenos de color y vida
  • ✔️ Juguetes de madera que huelen a infancia

Más para descubrir

Pero hey, ¿qué sería la Navidad sin esos pequeños gestos que le dan vida? Desde los intercambios de chocolatadas en las comunidades hasta los concursos para hallar al “Mejor Belén” del barrio, la sorpresa no pierde lugar.

Si tienes suerte, podrás ver danzas locales como la «Llipipondio», una combinación de pasos que, al ver, uno no sabe si está en un sueño o en plena vigilia. Y si piensas que nada podría superar eso, imagina la pirotecnia iluminando el Sagrado Cerro Ampay. Esas noches antifotogénicas parecen tener un encanto eterno.

Reflexiones finales que resuenan

La Navidad en Abancay es un tapiz tejido con profundas raíces culturales y un aire de comunidad que pocas veces se encuentra en la vida moderna. Aquí, la unión no es solo un concepto, sino una vivencia. Entre platos generosos, rezos sinceros y colores que saltan del alma misma de la tierra, te das cuenta de que no mucha gente tiene la suerte de vivir una experiencia así.

Algunos secretitos que vale la pena conocer

¿Qué hace especial al chancho al horno de Abancay?

El secreto está en la marinada que mezcla chicha de jora y una selección de especias andinas, lo que realza los sabores como en ningún otro lugar.

¿Qué es exactamente el calientito?

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Una bebida tradicional preparada con aguardiente de caña, frutas frescas y especias. Es perfecta para el frío de la sierra, el abrazo líquido de la Navidad.

¿Dónde se puede ver la mejor pirotecnia?

Sin duda en el Sagrado Cerro Ampay. La montaña sirve de lienzo natural para un despliegue de luces y colores que desafía las mejores ciudades.

Así que, si alguna vez te animas a vivir una Navidad diferente, Abancay te está esperando con los brazos abiertos y un calientito en la mano. ¡Salud!